Seis pasos esenciales para el cuidado de la piel



Para mantener la piel en excelentes condiciones se debe suministrar los elementos que necesita, lo cual se hace a través de tratamientos de higiene y belleza que se efectúan diaria o esporádicamente. Sin embargo, no es solo limpiarla, alimentarla o nutrirla, es necesario realizar determinados pasos de forma ordenada y precisa para que  los elementos y productos que se apliquen sean absorbidos con eficacia.



En el cuidado de la piel es imprescindible cumplir seis pasos esenciales: limpieza, exfoliación, tonificación, hidratación, nutrición  y reafirmación.


  • Limpieza:

Para que la piel cumpla con su función de evitar que bacterias, sudor, células muertas, residuos de maquillaje y otros elementos nocivos del medio ambiente entren en nuestro cuerpo, es necesario que esté limpia, además, si está en buenas condiciones de higiene, los productos que se apliquen serán absorbidos con mayor eficacia.

Es importante comprender que un exceso de higiene resulta contraproducente por varias causas: irrita la piel, produce una pérdida de defensas de la epidermis ocasionando infecciones y problemas. Si el cutis es seco, los productos empleados en la limpieza lo resecan más aún; si es graso, el proceso activa la circulación, estimula las glándulas sebáceas y la piel se hace más grasa.

Lo adecuado es limpiarla dos veces al día: una por la mañana y otra por la noche antes de ir a dormir; durante el sueño, la piel segrega sudor y otras sustancias que se deben eliminar antes de aplicar el maquillaje y por la noche, es importante quitarlo y preparar el cutis antes de utilizar cremas nutritivas, regeneradoras o reafirmante.



  • Exfoliación:

Cada 28 o 30 días la piel se renueva; nacen nuevas células que ocupan el lugar de las que van muriendo, esa células muertas permanecen adheridas en la nueva capa de piel y no cumplen función alguna, para eliminarlas es necesario una exfoliación, que consiste en tratar la zona con un producto ligeramente abrasivo que ayude a desprenderla.

En el verano es necesario exfoliar la piel debido que durante estos meses el sol, la sal del mar y el cloro de las piscinas dejan sobre la piel una película de partículas y células muertas que impiden su respiración, al exfoliar la piel queda lisa y brillante, tersa y luminosa y más receptiva para otros nutrientes que se quieran suministrar.



  • Tonificación:

Durante la limpieza y la exfoliación, los poros de la piel se abren y es necesario cerrarlos, se debe usar tonificantes o lociones, que son productos astringentes que ayudan a depurar y refrescar el cutis.

Los tónicos pueden ser relajantes, calmantes, antisépticos, etc. y son muy importante para los cutis grasos o mixtos.



  • Hidratación:

El agua es esencial para el cutis, una piel mal hidratada se marchita y arruga fácilmente, los signos del envejecimiento se hacen más evidentes y es necesario brindarle humedad para mantenerla elástica y flexible.

La piel recibe agua por dos vías: por hidratación y humectación, la primera es aportada por la sangre junto con otros nutrientes; la segunda proviene del exterior a través de la humedad que hay en el ambiente y en otros procedimientos como vahos, cremas, etc.

Para mantener la humedad de la piel se debe ingerir suficiente cantidad de agua que el cuerpo necesita con una alimentación equilibrada, sin embargo, estos cuidados no bastan, es necesario aportarle esa humedad a través de preparados elaborados específicamente para ello.



  • Nutrición:
La piel es un tejido vivo y para mantenerla hay que suministrarle los nutrientes que necesita mediante el agua que llega a través de los capilares sanguíneos, transportados por la sangre y con la aplicación de productos humectantes que aporten hidratación.



  • Reafirmación:

Con el paso de los años, los elementos que mantienen la piel, como son las proteínas, el colágeno y la elastina, se producen en menor cantidad y se pierde la firmeza del rostro, para evitar este proceso es necesario utilizar combinaciones con productos naturales en forma de cremas o mascarillas.

Para que sus efectos sean los deseados es necesario la constancia en su empleo, sobre todo en situaciones de estrés, depresión y tras la exposición prolongada a los rayos solares.











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