Minerales que nunca deben faltar durante el embarazo



  • Calcio:  durante el embarazo hay que tomar diariamente unos 1200 mg de calcio, ya que si el feto no encuentra todo el que necesita para la formación de su esqueleto y dientes, tendrá que “robarlo” de las reservas óseas de su madre, lo que puede provocar a ésta caries y otros problemas en los huesos.
    Esta dosis se alcanza tomando cada día: 2 raciones de queso, 1 yogurt y verduras de hoja verde como espinacas, acelgas, judías verdes, col, zanahorias, patatas, tomates y 2 o 3 piezas de fruta. Una excelente fuente de calcio son las almendras: elija las que se venden con cáscara y almendras sin tostar

  • Magnesio: la falta de magnesio suele provocar calambres, fatiga y decaimiento general. Un buen hábito durante el embarazo es acostumbrarse a tomar alimentos ricos en magnesio, como la soja (germinada o en grano), el trigo sarraceno (muy digestivo), el germen de trigo (mezclando con yogur y en ensaladas), así como almendras, nueces y aguacates. Estos tres últimos alimentos deben ser consumidos con moderación, pues son muy calóricos y de difícil digestión.

  • Hierro: las necesidades de hierro aumentan en una mujer embarazada, ya que resulta indispensable en la formación de los glóbulos rojos y su carencia puede provocar una anemia en la madre y el niño, que se manifiesta, sobre todo, al final del embarazo, en un enorme cansancio y un malestar general. Normalmente se necesitan 18 mg de hierro al día y, desde el segundo trimestre del embarazo, esta dosis debe aumentarse hasta 21 mg. Las mujeres que han tenido dos embarazos seguidos o que esperan gemelos tienen que vigilar especialmente el hierro, puesto que suelen tener bajas sus “reservas” de este mineral.

  • Flúor: este mineral protege los dientes de las caries, por ello algunos médicos aconsejan comprimidos de flúor a partir del cuarto mes para asegurar una buena formación de los dientes del bebé. Sin embargo, hay que cuidar también de no excederse con el flúor, de modo que conviene, antes de tomar un aporte extra, comprobar qué cantidad contiene el agua corriente de la zona donde vivimos. Los alimentos que contienen más flúor son las sardinas, el salmón, las papas, el té verde y los tomates.

  • Potasio: este mineral contribuye a mantener alejados los edemas y los problemas de retención de líquidos. La mejor fuente de potasio son las papas y los boniatos, así como las castañas y los plátanos.

  • Fósforo: es un mineral muy importante también en el desarrollo del cerebro del bebé. Las abuelas tenían  la costumbre de tomar sardinas en aceite durante el embarazo, por su contenido en fósforo y porque, consumidos con raspa, aportan calcio con una biodisponibilidad (aprovechamiento por parte de nuestro organismo) muy alta.

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